El oro se derrama en tu piel, suave como la miel. Refleja los colores del cielo durante esta puesta de sol.
Mis ojos son del color de las semillas en tu canasta. Cuerda de lino y manos atadas, un año y un día y seré tuya por siempre.
Guerrero joven, piel de bronce y cabello como la sangre. Cuídame, entre tus brazos, hasta que el calor me haga arder en llamas del color del Sol.
Toma los frutos y llévalos a casa.
Que si ella no me ama, es momento de volver al origen.