Escaleras

Le tengo miedo a las escaleras. Pienso mucho en cada paso que hay que dar y pierdo el sentido de la profundidad.Después de cada conversación, la soledad es un escalón al vacío.Temo haberlo hecho mal, pero es que no puedo tener suficiente de ti.Voy a tropezar y caer por las escaleras.Entre más lo piense, más …

Tu vestido

Tu vestido verde cae al suelo. Durazno y huesos. Te recuerdo, te sostengo, te invento. Tu vestido verde refleja las luces de la habitación. Vino y hierro. Los otoños pasan y yo te pienso, te sueño, te imagino. Y no extraño las noches, ni los días, ni las justificaciones y el miedo. Extraño tu silencio …

La mujer de abril

La mujer de abril murió hace años, y yo lo recuerdo como si hubiera sido ayer. La vida siguió. Ella murió en un verano más frío que el invierno. Su alma se congeló y su cuerpo pereció. Ella había sido hermosa en la primavera, con sus mejillas rosas, su risa graciosa y sus películas en …

Esmeraldas

Si extrajeramis ojos de sus cuencasy los reemplazara conbrillantes esmeraldas¿Estaría justificada? Mis sentimientos verdeshacia tino son sobre tison por quienes te rodeany tienen lo que quiero No deseo controlni posesiónni ser la únicapero los sentimientos verdesme sofocan siempre ¿Y por qué me importasi al finalyo ya tengo un lugary los dos sabemosque no va a …

Fuego y cristales

Tengo que admitir que no te voy a olvidar nunca. Impacto, gasolina, asfalto caliente y visión amarilla. Debí frenar antes. Pero todo terminó en llamas y cristales, y nuestros cuerpos tirados a metros de distancia. Fue real, todo fue real. Te mentí cientos de veces, pero todo fue real. Y no lo merecía. La curva, …

Pequeña

Es muy útil, para ti, tratar de hacerme sentir Pequeña. No soy Pequeña. Y soy más de lo que estás dispuesto a ver.

La mujer de Cantabria

La mujer de Cantabria le cantaba a las montañas que jamás visitó, a pesar de que viajó por el mundo entero. Ella no era amable, ni sencilla, ni fácil de entender. Quererla era natural, aunque doloroso, y enamorarse fue tan anticlimático que ni siquiera sé cómo ocurrió. Pero la amaba, sin duda alguna, la amaba …

Violeta

A Violeta le gustaba sentir el poder que le daban los tacones altos y la ajustada ropa de látex negro que llevaba para subirse al escenario. El antifaz, el látigo y la música que, con el mismo color de su nombre, creaba ondas amplias que iban a estrellarse en los rostros de los desprevenidos hombres …

Moras silvestres

Por favor, piensa en mí como una buena amiga. No quiero nada más. Octubre es de oro, las moras silvestres fueron nuestras en el verano. Te quiero tanto que sólo deseo aportar algo nuevo a tu vida. ¿Qué hago? Algo único, algo puro, algo que valga la pena recordar en diez años. Algo que recuerdes …

Yo la amé

Yo la amé. La amé en las noches de luna llena y en cuarto menguante. La amé frente a todos y en silencio, la amé en alma y la amé en cuerpo. Yo la amé a pesar del tiempo. Yo amé su cabello, su sonrisa, su voz y sus ideas. Amé sus palabras, amé sus …